El carro estaba volcado, así que ya desde lejos se veía relucir una bonita Y metálica, lo cual sinceramente me hizo ilusión. No es normal encontrar a alguien tan loco como para seguir los planos de una de tus construcciones y menos a dos.
Quien tenía la cabeza sumergida en el interior de una furgoneta mientras se le veía mover los brazos era Manolo, que estaba comenzando a montar el carro. Nos presentamos, y como nó, comencé a sacar fotos e investigar la construcción. De momento ya tenían un tema resuelto, no tener que montar los brazos laterales del cuerpo de la Y, puesto que al disponer de espacio en su furgoneta, los han realizado de una pieza (mejor, menos problemas de torsión, flexión, etc.).
Nos acabábamos de conocer en persona y ya estaba sacando “pegas positivas”, que si al carro le faltan las placas de la base del mástil, que si esto y aquello… a lo que Manolo me comentó que el carro estaba aún a medio terminar, pero como ya rodaba, lo iban a probar tal y como estaba.
Bueno… el viento no era muy fuerte y aunque faltaban algunas piezas clave, así como todo el sistema de poleas y escota, las ganas mandaban, de forma que aún sin asiento definitivo y algo de canguelo en sus caras –supongo, más por saber si lo construido iba a romper- montaron una vela y mástil de windsurf y comenzaron a rodar, primero Manolo y luego Adrian.
Manolo y Adrian colocando la base del mástil de su construcción |
Que puedo decir. Tenían la misma enorme sonrisa que todos hemos puesto la primera vez que rodamos en un carro a vela. Una de esas sonrisas casi imposibles de repetir por lo exagerado de la tensión de la cara y cuello, una sonrisa que siempre va acompañada de ininteligibles sonidos y expresiones de alegría. Los allí presentes aplaudíamos y vitoreábamos cada pasada de los constructores, como si nunca hubiésemos visto algo igual, y es que, esto de los carros a vela...
placas de refuerzo en base del mástil |
rotura |
Por suerte la velocidad era poca y no ocurrió nada más grave que tener pendiente arreglar y reforzar esa zona. En todo caso y pese a la rotura, Adrian y Manolo no dejaban de sonreír.
Recogimos y nos fuimos a tomar unas cervecitas para celebrarlo y comentar la jugada. Poco después era de noche y les reclamaban en sus hogares, de otra forma estoy seguro hubieran salido corriendo hacia el taller.
Enhorabuena a los dos, y que disfrutéis UNA VEZ TERMINADOS, de vuestros estupendos carros Clase 5.60 autoconstruidos.
Adrian en su 'Carrovela Y 1.0' aún por finalizar |
Sin poleas. Manolo cazando a pelo la botavara |
Nota.-
Que sepa, tras seis meses, ya son nueve los Carrovela Y 1.0 construidos con buen fin, siguiendo el croquis que publiqué a mediados de marzo del 2012. Aunque estoy seguro habrás más, ya que recibo emails solicitando información desde diversos puntos, sobre todo Sudamérica.
estructura base del Y 1.0 |
Desde aquí aprovecho para invitar a los constructores amateurs a enviar sus fotos, modificaciones, comentarios, preguntas sobre el Y 1.0 o sus propios diseños.
Así mismo si tienes intención de construir el Carro a Vela Y 1.0, y necesitas alguna aclaración tras leer la información que te aporto en este blog, no dudes en ponerte en contacto conmigo (carrovelismo#hotmail.com).
Prisa mata, prisa mata... je je!
ResponderEliminarPuede que me anime a construir el carro a vela de esta web y desde luego ver toda esta informacion y vuestros experimentos me son de mucha ayuda. Yo vivo en un pueblo de Palencia y supongo dispongo de las herramientas necesarias para hacerlo, puede que no cuente con el viento del mar, pero sitio plano para correr tengo. Gracias a los responsables de la web por su trabajo, me gusta mucho leer los artículos. Si me atrevo os voy contando.
Sergio.
Enhorabuena a los dos por vuestra construcción.
ResponderEliminarQue ENVIDIA. Saludos de un currito desde los madriles.
ResponderEliminarComo constructor de otros temas, es estupendo ver como la gente se enrolla construyendo sus propios carros. Por aca la cosa esta difícil, pero por temas de importación, pero estoy seguro construire algo siguiendo estos planos. Un saludo desde la otra orilla del Atlantico.
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